Hechos clave:
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A los pocos minutos, la publicación en X fue retirada.
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Asimismo, hubo quienes aprovecharon lo ocurrido y obtuvieron ganancias por retirarse a tiempo.
Un trader pasó de tener una inversión de 1 millón de dólares a solo 9.000 dólares en una hora, por comprar una memecoin inspirada en el famoso futbolista francés, Kylian Mbappé.
Este trágico desenlace comenzó cuando el trader creó una nueva wallet y utilizó 7.156 solana (SOL), valorados en 1 millón de dólares en ese momento, con el objetivo de comprar una memecoin llamada MBAPPE, según datos compartidos por Lookonchain hoy, 29 de agosto.
La criptomoneda, lanzada en la red de Solana, resultó ser una estafa, promocionada en la red social X del propio Mbappé, la cual había sido hackeada, como lo advirtió el exchange de criptomonedas Crypto.com en una publicación.
La transacción, completada en un solo movimiento, rápidamente se convirtió en una amarga lección, ya que el valor de la criptomoneda meme se desplomó drásticamente, como se puede ver en el siguiente gráfico.
Aunque inicialmente el valor de mercado de los tokens que adquirió este trader aumentó a decenas de millones en cuestión de minutos, este rápidamente volvió a cero, revelando la naturaleza volátil y riesgosa de este tipo de activos.
A los pocos minutos, la publicación hecha desde la cuenta comprometida del futbolista fue retirada, pero el daño ya estaba hecho.
No todos perdieron con MBAPPE
Mientras que este trader sufrió una pérdida devastadora, otros lograron capitalizar la situación.
Lookonchain también reportó que otro trader invirtió solo 29 dólares, obteniendo un rendimiento de 125.000 dólares en apenas tres minutos, al retirar sus fondos a tiempo. No se sabe si este trader tenía información privilegiada o si, quizás, era parte de los hackers que realizaron la estafa.
Ante una situación así, es crucial recordar que este tipo de criptoactivos no son una inversión segura. Exponen al inversionista a grandes riesgos, ya que aquellos que ingresan al final suelen ser la liquidez de salida para los primeros inversionistas o, en algunos casos, para los propios fundadores.
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